Una chica estudió 4 años una carrera que no existía, su historia es viral

Lo que comenzó como el sueño de convertirse en una docente especializada, terminó siendo una amarga experiencia para Halis Montero, una joven mexicana originaria del estado de Guerrero.

Con apenas 18 años, empacó sus maletas, se mudó de ciudad y se matriculó llena de ilusión en un supuesto pregrado en Educación Especial. Pero cuatro años después, a punto de graduarse, descubrió que la carrera nunca estuvo registrada oficialmente y que ni siquiera existía en los registros del sistema educativo de México.

¿Cómo descubrió que su carrera no existía?

Desde el primer día, las señales de alerta estaban ahí, la universidad le informó que el programa había cambiado de nombre a “Inclusión Educativa”, algo que le pareció extraño, pero no cuestionó.

Ya había invertido demasiado para echarse atrás, el plan de estudios avanzaba y todo parecía estar en orden, hasta que, a solo unos meses de finalizar, le exigieron aprobar dos semestres completos de inglés en una sola semana, algo que jamás había cursado.

Mientras trabajaba en la secretaría de la universidad, escuchó rumores de que su generación podría no recibir el título, por lo que decidió ir directamente a la Dirección General de Profesiones del país para confirmar si su carrera estaba legalmente reconocida.

Fue ahí cuando se enteró del verdadero desastre, su licenciatura no aparecía registrada y más de 300 estudiantes estaban en la misma situación.

Y a pesar de los intentos de buscar justicia, las autoridades educativas no asumieron responsabilidad y la universidad tampoco ofreció soluciones, pues las instituciones involucradas simplemente se echaban la culpa unas a otras, dejando a los afectados en una especie de limbo académico.

¿Cómo sigue ayudando a otros después de su experiencia?

Aunque su historia se volvió viral en redes sociales en 2023, Halis no se quedó de brazos cruzados y hoy en día, utiliza su experiencia para educar a otros.

Comparte contenido relacionado con la lengua de señas y la educación inclusiva a través de TikTok, tratando de convertir su dolor en un motor de cambio. Aunque no tiene un título oficial, continúa enseñando, demostrando que la vocación verdadera no necesita sellos ni firmas.