Maleja Restrepo celebra la vida tranquila y auténtica: “Que vivan los pueblos”
Maleja Restrepo hizo una invitación a valorar la vida en los pueblos y a reconocer la belleza que existe en lo simple y cercano.
La talentosa Maleja Restrepo, una de las influencers más queridas y cercanas al público colombiano, continúa destacándose por su autenticidad y el amor que comparte por su vida personal en las redes sociales.
En esta ocasión, la presentadora e influencer abrió una ventana a la tranquilidad que se vive fuera del bullicio urbano.
El viernes 17 de enero, a través de su cuenta de Instagram, compartió con sus seguidores lo gratificante que es habitar en un pequeño pueblo, lejos de la gran ciudad, donde su vida transcurre junto a su esposo, el reconocido deportista y también influencer, Tatán Mejía, y sus dos hijas, Guadalupe y Macarena.
Maleja Restrepo recalca lo contenta que se siente de vivir en un pueblo
En un emotivo mensaje que acompañó varias historias en Instagram, Maleja describió cómo disfruta de la vida en un entorno pequeño y cercano a la gente.
“Es increíble cómo en un pueblo todo es más cercano y tranquilo. Después de dejar a las niñas en el colegio, uno va al pueblo a hacer las compras. El supermercado local tiene todo lo necesario, especialmente los martes y viernes, cuando llega la fruta y la verdura fresca de Paloquemao”, contó la influencer.
Más allá de los servicios básicos, Maleja destacó los emprendimientos que enriquecen la vida en los pueblos. “Es impresionante ver cómo el esposo de la emprendedora vende sus arepas fresquitas, y cómo el agricultor de arándanos pone su mercancía en las estanterías para que la gente la adquiera”, relató.
En su historia, Maleja expresó lo especial de tener acceso a una vida sencilla, donde incluso las gestiones cotidianas, como las vueltas en la notaría o el tránsito, se resuelven de manera rápida y eficaz. “En menos de una hora, uno puede hacer todo”, agregó.
A través de sus palabras, Maleja transmitió una reflexión sobre el valor de la vida en el pueblo y la importancia de preservar estos espacios. “Ojalá los pueblos sigan siendo así, pequeños y llenos de emprendimientos locales. Que nuestras hijas puedan vivir lo que es ir al panadero y comprar pan a precios razonables”, expresó con emoción.