Gregorio Pernía y su mujer revelan el extraño detalle del nacimiento de su bebé: “No lo podía creer”
Gregorio Pernía y su esposa revelaron detalles acerca de la curiosa anécdota que surgió durante el nacimiento de su bebé.
El 18 de noviembre nació el otro hijo de Gregorio Pernía y Erika Rodríguez, un parto que sorprendió a la familia porque el bebé llegó antes de la fecha programada y coincidió con el regreso del actor de un viaje por Suramérica. La pareja reveló un detalle que llamó la atención de toda la familia.
¿Cómo ocurrió con el bebé de Gregorio Pernía y Erika Rodríguez?
Erika explicó que el nacimiento estaba programado para el 27 de noviembre. El día 17 se sentía diferente, con el abdomen rígido, pero decidió acompañar a su hijo menor, Valentino, a su entrenamiento de fútbol. Al bajar del carro, notó humedad y comprendió que la fuente se había roto. Llamó a su médico, quien le indicó dirigirse a la clínica.
La familia llegó a la clínica, pero no había avanzado la dilatación. Durante ese lapso, Erika trató de mantener la calma y tranquilizar a sus hijos. Este relato generó curiosidad porque, según la madre, ya había experimentado contracciones días antes sin que iniciara el trabajo de parto.
¿Cuál fue el extraño detalle en el nacimiento del hijo de Gregorio Pernía?
Gregorio culminaba una gira de presentaciones en Suramérica y regresaba a Miami en la madrugada del 18 de noviembre. El vuelo aterrizó pasada la 1:00 a.m., y poco después el trabajo de parto comenzó a avanzar. Erika relató que siente que el bebé esperó a su padre, pues las contracciones se intensificaron solo tras su llegada.
A las 7:45 a.m, el bebé nació. Por sugerencia del médico, Gregorio fue quien recibió al recién nacido y cortó el cordón umbilical. Luna, su otra hija, presenció el momento y expresó que no podía creer la coincidencia entre la llegada del actor y el inicio del parto. La joven afirmó que se trata de una situación que nunca olvidará.
¿Cómo reaccionó la familia de Gregorio Pernía tras el nacimiento?
Valentino no estuvo presente durante el parto y vivió el proceso con nervios. Erika recordó que el niño estaba intranquilo, mientras ella intentaba transmitir serenidad durante el traslado a la clínica.
Luego del nacimiento, la dinámica familiar cambió: Luna se mostró especialmente involucrada en el cuidado del bebé. Ayuda con tareas básicas como cambiar pañales y dar tetero, algo que, según la madre, fortalece el vínculo entre los hermanos.
Erika indicó que vive esta etapa con otra preparación personal y que el retorno a la lactancia ha sido un proceso manejable, aunque doloroso en ocasiones. Gregorio aseguró que la llegada de su hijo tiene un significado distinto respecto a sus experiencias anteriores como padre, debido a la madurez adquirida con los años.
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