Daniella Álvarez habló del cáncer que le detectaron y enfrentó: "Era muy fuerte"
Daniella Álvarez contó el diagnóstico de cáncer que recibió y cómo su fe en Dios provocó un milagro en su salud.
La exreina de belleza Daniella Álvarez es todo un ejemplo de resilencia y berraquera, esto tras convertirse en un ejemplo a seguir tras superar el difícil capítulo en su vida de la amputación de una de sus piernas en 2020.
¿Cuál fue la enfermedad que enfrentó Daniella Álvarez?
Daniella Álvarez desde ese entonces ha sido abierta a mostrar su proceso de recuperación a través de redes sociales y ha contado detalles de esto en diferentes entrevistas.
La modelo y presentadora reveló recientemente que, antes de la amputación de su piernas en 2020 por un isquemia recibió un diagnóstico que la desmoronó.
Daniella Álvarez habló de esta situación en el podcast de Juan Pablo Dos Santos en donde contó que dos meses antes de su cirugía de amputación le detectaron un tumor.
Según reveló Daniella los médicos le aseguraron que tenía un cáncer bastante agresivo que podría afectar su salud y calidad de vida.
“Yo tuve un tumor y ese tumor iba a ser muy malo, iba a ser un tumor que se llama linfoma. Es un cáncer muy fuerte”.
¿Qué hizo Daniella Álvarez luego que le detectaran un cáncer?
Daniella Álvarez confesó que, después que le hicieron la biopsia ella decidió centrarse en su fe con Dios para pedirle que la ayudara a superar este episodio en su vida.
La exreina aseguró que empezó a orar y a tener fe que los resultados de la biopsia, por lo que ella le pedía a Dios que le cambiara el diagnóstico, no que le quitara la enfermedad, pues estaba dispuesta a enfrentar la prueba que él le pusiera.
Dios te pido que me cambies el diagnóstico, te pido que me mandes lo que tú me quieras mandar, pero que sea algo con lo que yo pueda vivir y sea feliz.
Daniella Álvarez reveló que Dios le ayudó a cambiar el diagnóstico, ¿qué pasó después?
Daniella en su relato asegura que quince días después cuando llegó al médico para conocer el diagnóstico que le tenían los especialistas.
La sorpresa fue que el diagnóstico inicial sí había cambiado, le habían descartado que tuviese un linfoma y los médicos le expresaron que tenía un tumor de bajo grado que podría retirarse sin quimioterapias y radioterapias.
Cuando llega el nuevo diagnóstico ahora aparecía que lo que yo tenía era un tumor de bajo grado, que no era un linfoma y podía retirarse. Al final no fue el linfoma sino la amputación.