¿Te sientes culpable por descansar? La psicología lo explica, estas son las razones
Sentir culpa al descansar puede ser signo de culpa neurótica, un fenómeno psicológico que afecta la salud mental y física.
En un mundo donde la productividad se ha convertido en sinónimo de éxito, muchas personas experimentan culpa al detenerse, relajarse o simplemente tomarse un respiro.
Cuidar la salud física y mental, en algunos casos se transforma en una fuente de ansiedad, la psicología denomina a este fenómeno culpa neurótica, aquella que aparece sin una causa concreta y que genera la sensación de estar “fallando” solo por no estar en movimiento.
¿Por qué algunas personas sienten que descansar es perder el tiempo?
Desde edades tempranas, la sociedad transmite la idea de que estar ocupado es equivalente a ser valioso, la rutina académica, la presión laboral y las exigencias sociales refuerzan la creencia de que detenerse es sinónimo de pereza o falta de compromiso, con el paso del tiempo.
Expertos sostienen que esta percepción nace de expectativas poco realistas sobre lo que significa ser productivo, y al no cumplirlas, la persona experimenta frustración, tristeza y, en especial, culpa, un círculo vicioso que puede provocar síntomas de estrés, irritabilidad y fatiga crónica.
¿Qué diferencia existe entre la culpa sana y la culpa neurótica?
Especialistas en salud mental señalan que no toda culpa es negativa, la llamada culpa sana aparece cuando existe una causa clara y reconocible, como haber actuado mal con alguien y sentir remordimiento, un sentimiento que ayuda a corregir errores y a mejorar la convivencia.
Por el contrario, la culpa neurótica se manifiesta en personas que se responsabilizan de situaciones que no controlan o que sienten que no están haciendo lo suficiente, incluso cuando ya han cumplido con sus responsabilidades, es decir quienes no logran descansar sin pensar que deberían estar trabajando.
¿Cómo identificar y superar la culpa por descansar?
Existen algunos signos que pueden alertar sobre este problema, agotamiento constante, pensamientos intrusivos sobre lo pendiente, autoexigencia excesiva y síntomas físicos como dolores de cabeza o contracturas.
Para contrarrestarlo, los psicólogos recomiendan empezar con pasos pequeños como permitirse pausas breves a lo largo del día, como escuchar música, mirar por la ventana o realizar estiramientos.
También es fundamental cuestionar la idea de productividad y replantear qué significa el éxito personal, entendiendo que descansar es una necesidad fisiológica y no un lujo.
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