La IA revela cómo broncearse correctamente para verano

Durante la temporada de verano muchas personas se exponen al sol para obtener un bronceado; pero muchas de ellas no logran hacerlo de la forma correcta y eso podría afectar la salud.

¿Cómo debo broncearme correctamente en verano?

De acuerdo con un análisis de la inteligencia artificial (IA), basada en datos médicos y científicos, ofrece recomendaciones para lograr un bronceado controlado y seguro.
Para ejercer esta actividad y no solo lucir un color lindo, sino hacerlo sanamente, la exposición solar debe realizarse en horarios específicos.

El intervalo más recomendado es antes de las 10 de la mañana y después de las 4 de la tarde, cuando los niveles de radiación ultravioleta son más bajos. Este criterio busca reducir el riesgo de quemaduras y acumulación de daño celular.

La IA también sugiere el uso constante de protector solar con un factor de protección solar (FPS) mínimo de 30. Este debe aplicarse al menos 20 minutos antes de la exposición al sol y renovarse cada dos horas o después de entrar en contacto con agua o sudor.

Otra recomendación emitida por sistemas de IA es aumentar el tiempo de exposición de forma gradual. Se sugiere comenzar con períodos breves, de entre 10 y 15 minutos, e ir incrementando progresivamente según la tolerancia de la piel. Esto favorece la producción de melanina de forma continua sin causar inflamación.

La hidratación también forma parte de las medidas indicadas. Tanto la hidratación oral como el uso de cremas hidratantes contribuyen a mantener la piel en condiciones óptimas durante el proceso de bronceado.

Además, la IA recomienda utilizar ropa que cubra parcialmente el cuerpo en momentos de alta radiación, especialmente en playas, montañas o zonas sin sombra. Sombreros, gafas y prendas livianas pueden complementar la estrategia de protección sin interferir con el bronceado progresivo.

¿Qué no hacer en el proceso de bronceo?

La IA advierte sobre el uso de productos que prometen acelerar el bronceado. Muchos de estos no cuentan con respaldo científico y pueden aumentar la sensibilidad de la piel. En su lugar, sugiere una alimentación con frutas y verduras que contengan betacarotenos, un compuesto presente en alimentos como zanahorias, mangos y tomates.