Enfermedades bíblicas que persisten hoy: entre la fe, la ciencia y la historia real
Descubre las enfermedades mencionadas en la Biblia que siguen existiendo hoy y cómo impactan nuestra vida actual.
Aunque han pasado siglos desde que se escribieron los relatos bíblicos, muchas de las enfermedades mencionadas en las Sagradas Escrituras siguen vigentes en nuestro tiempo.
Lejos de ser solo parte del imaginario religioso o narraciones simbólicas, varias de esas afecciones continúan afectando a millones de personas alrededor del mundo, aunque con avances científicos que han permitido entenderlas y tratarlas. A continuación, te presentamos cinco de estas enfermedades, que aún siguen entre nosotros.
Ceguera
El evangelio de Mateo relata cómo Jesús devolvió la vista a dos hombres que se acercaron a él pidiendo compasión. La ceguera, una de las dolencias más impactantes de la Biblia, sigue siendo una condición altamente discapacitante.
Hoy, se sabe que las principales causas de pérdida de visión son la diabetes, el glaucoma, la degeneración macular y las cataratas. Según la ONCE, las revisiones oftalmológicas periódicas pueden prevenir muchas de estas afecciones, especialmente en personas con factores de riesgo como hipertensión, enfermedades cardíacas o antecedentes familiares.
Lepra
La lepra fue uno de los padecimientos más estigmatizados en la antigüedad. En la Biblia, es común encontrar episodios donde las personas afectadas eran marginadas. En la actualidad, se conoce como enfermedad de Hansen, causada por la bacteria Mycobacterium leprae.
Aunque es curable mediante tratamiento farmacológico, su diagnóstico tardío puede generar secuelas graves, especialmente en nervios periféricos, provocando discapacidad en manos, pies y rostro.
Sarna
Descrita como parte de las maldiciones divinas en el Deuteronomio, la sarna es una infestación cutánea causada por un ácaro microscópico. Aunque afecta a personas de cualquier clase social, su propagación es más común en comunidades hacinadas o con acceso limitado a servicios de salud.
Esta patología produce una picazón intensa y lesiones cutáneas. La buena noticia es que se puede tratar eficazmente con medicamentos tópicos, aunque la reinfección es posible si no se siguen las indicaciones médicas al pie de la letra.
Tuberculosis
Es una infección causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Afecta principalmente los pulmones y se transmite por vía aérea. Según la OMS, sin tratamiento, casi la mitad de los pacientes VIH negativos y la mayoría de los VIH positivos pueden morir.
A pesar de que existen antibióticos efectivos, han surgido cepas resistentes que exigen tratamientos más largos y con efectos secundarios más severos.
¿Castigos divinos o condiciones médicas? Una mirada entre la fe y la ciencia
La Biblia asocia muchas de estas enfermedades con el pecado o las pruebas de fe. Job, por ejemplo, sufrió una enfermedad devastadora como parte de una prueba espiritual. El apóstol Pablo, según Corintios, padeció una afección crónica que nunca fue sanada.
Hoy, la ciencia ha desentrañado gran parte del origen biológico de estos males, pero el simbolismo que encierran sigue vigente en nuestra cultura. Lejos de los castigos divinos, estas enfermedades nos recuerdan la fragilidad humana y la importancia de la investigación médica para combatir el sufrimiento.
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